domingo, 4 de noviembre de 2018

NAPOLEÓN PUEDE ESPERAR

Es el título de una de mis novelas. Se publicó hace unos años en una editorial que decidió descatalogar su colección de literatura. Con los derechos en la mano, la envié a Anaya Infantil y Juvenil, y ahí ha visto la luz de nuevo. Una luz con una nueva y preciosa cubierta, asi como con ilustraciones interiores, todas ellas a cargo de David Guirao que, como siempre, ha hecho una lectura intensa, precisa y fascinante de las palabras.





Pablo y Elisabet se conocen en un funeral, el del padre del chico, y el del hermano de ella, muertos en una misión en Afganistán. Ambos tendrán que resolver un extraño misterio que gira en torno al lápiz de memoria del padre del muchacho. Unas cartas dirigidas a Isabel. O a Isabelle...
Dos historias entrelazadas, la de los muchachos en la actualidad, y la un soldado francés, Gerard Lacombe, que luchó con las tropas de Napoleón en los Sitios de Zaragoza. La desaparición de tres cuadros de Francisco de Goya que decoraban la iglesia de San Fernando, que yo veo desde mi casa... Uno de esos cuadros representaba a Santa Isabel de Portugal, reina de Portugal nacida en el Palacio de La Aljafería de Zaragoza, porque era hija de un rey de Aragón.
Y como casi siempre en la vida y en la literatura, nada es lo que parece...





Napoleón puede esperar, Ana Alcolea, ilustraciones de David Guirao. Anaya Infantil y Juvenil, 2018.