lunes, 21 de abril de 2014

LÁGRIMAS DE HUMO, relato de trenes

Os dejo un relato de trenes. Mi bisabuelo era ferroviario y los genes son los genes.
Relato para una tarde de lluvia como la de hoy.


LÁGRIMAS DE HUMO

Ella le había dicho que hacía mucho tiempo que no lloraba.

Pero esa noche lloró.

Lloró porque le habían regalado un billete de tren. Un billete que ella había imaginado de un vagón de primera clase del “Orient Express”, con el aroma de almizcle, té y mandarina que tienen los trenes en los sueños.

Ella esperaba en la estación, escuchó la melodía del engranaje del tren, y vio cómo se acercaba hasta ella, casi velado por el humo que teñía una parte de su propia sombra.

Ella llevaba su billete en la mano y lo acariciaba con sus dedos gentiles.

Pero cuando el tren estaba a punto de parar a su lado, pasó de largo. Despacio, muy despacio, pero sin detenerse.

Ella sintió el viento del tren que movía sus cabellos. Notó el roce, y el olor del humo en su piel, mientras el tren se alejaba de ella.

El billete seguía en su mano y ella no sabía qué hacer con él. Si guardarlo en su bolsillo, por si el tren paraba a su lado otro día. Otra estación. En otra estación, tal vez.

O si romperlo en mil pedazos que volaran lejos, muy lejos de sus manos, al lugar en el que todo se convierte en humo.

Sí, ella le había dicho que hacía mucho tiempo que no lloraba. Pero esa noche lloró.

Lloró lágrimas de humo que no llegaron a ninguna parte.